
Bien llegué a la oficina y difícilmente pude hacer algo. Chateamos con la Vivix y todavía le dije “no sé qué hago aquí!” Ya había aproximadamente 2,000 personas y me estaba preguntando si conseguiríamos un buen lugar! En fin, llegaron las 12:00 y el taxi amarillo que me llevó hasta el lugar de reunión. Ah casi se me olvida, cambié de taxi porque una doña chocó al que inicialmente tomé. Ya en la zona 4, reunidos con Luis y Gaby, empezamos a caminar al estadio, ya eran las 12.30.
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Casi una hora y media más tarde se abrieron las puertas y entramos a
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Según la página dedicada a Metallica en la versión electrónica de Vía Libre – Prensa Libre- el número total de asistentes al concierto fue de 30,000. Algunos dicen que unas 500 personas entraron gratis al estadio, pero realmente dentro no nos dimos cuenta de nada más que cuando General abrió varias mallas para pasar a Gramilla. Llegaron las 6:00 de la tarde, pasó Extinción (con la llegada de los antimotines porque los de seguridad no supieron que hacer cuando parte de General quiso botar las puertas) y de ahí Mastodon (grupo que no comentaré para que Luis pueda reseñarlo).
Y finalmente llegó la hora de Metallica que empezó con show de luces y parte del video de For Whom the Bells Toll (la parte que parece extraída de The Good, the Bad and the Ugly). Inicialmente con algunos problemas de sonido, el concierto cumplió las expectativas albergadas los pasados 3 meses. La primera canción fue Creeping Death canción del nuevo disco y en el que se presentaron los primeros clavos con las bocinas. Vale decir que gracias a los problemas de sonido pudimos escuchar For Whom the Bells Toll dos veces.
La lista de canciones fue la siguiente:

1. Creeping Death
2. For Whom The Bell Tolls
3. Fuel
4. Harvester Of Sorrow
5. Fade To Black
6. That Was Just Your Life
7. The End Of The Line
8. Sad But True
9. Cyanide

10. One
11. Master Of Puppets
12. Blackened
13. Nothing Else Matters
14. Enter Sandman
Extras:
15. Last Caress
16. Battery
17. Seek and Destroy
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Salimos del estadio con sonrisas y una alegría que no se podía ocultar. No faltaron los bolos salidos de casilla que estaban tirados en la calle y los que gritaban incoherencias con pretensiones de piropo, igual que las improvisadas ventas de cerveza y las carretas de Gauchitos.
Un concierto que jamás me imaginé vivir… tanto que hasta hoy logro escribir algo que no se “increíble” o “deahuevísimo”.